en ichiraku ramen.

Me mantenía en sus espaldas escondiéndome, tras un movimiento de sus manos multiplicaba su misma imagen amenazando parte de la clientela que me mirada de una forma un tanto de desprecio al ser nueva en la ciudad, cogiéndolo del brazo me pegaba viendo como sus sombras dejaban que pasáramos.

Llegando hasta la mesa tomaba asiento, la mujer que nos atendía me veía por si no quería pedir algo diferente pero Syaoran se había encargado de ordenar debido al problema que tenía de interactuar con los demás, al irse menciono una palabra que me llamo la atención y no pude evitar preguntarle de nuevo.

Prometida?... pensé que éramos novios… no era así?

Hablaba un tanto fuerte mientras que la gente comenzaba a reírse debido a la inocencia de mi pregunta, sin percatarme que sucedía esperaba que me contestara.

Las gente del lugar reía a escondidas después de la explicación que me dio, los platos habían sido puestos a lo que me dispuse a comer en silencio mientras meditaba en la respuesta que me concedió, al tercer bocado picaba mis alimentos para mirarlo de nueva cuenta…

No entiendo… lo que me dices ahora se parece a lo de anoche… me dijiste que éramos novios no es así.. Vivimos juntos… dormimos juntos e incluso nos bañamos juntos además que recuerdo que dijiste que jamás me dejarías sola… no me convierte en tu prometida?

La gente quedaba boquiabierta tras esa declaración de mi parte, con ojos de recelo juzgaban a Syaoran de una manera más que despiadada al ver como quería hacer a un lado el “compromiso” que me había dicho anoche.- Pobre jovencita… como puede ser tan egoísta ese tipo.. se nota que solo esta con ella…

Debería de darle vergüenza… que tipos como así ronden por la aldea es imperdonable..

Syaoran… estas bien? Te noto algo pálido.

Algo le pasaba y podía notarlo… ahora sí que escuchaba claramente como ese hombre lo ofendía totalmente, apenada por después haber dicho algo que malinterpretaban quise intervenir..- Señor se equivoca… si no fuera por él estaría sin hogar…

El hombre solo me alcanzo a observar con compasión pensando ahora mucho peor puesto ahora parecía que esa era la razón por la que se aprovechaba de mí. Levantándose de la mesa Syaoran golpeaba furioso a ese tipo mientras uno de sus ojos cambio a un tono zafiro… incluso su voz no era la misma… me arrinconaba mirando asustada todo lo que pasaba, desesperada comenzaba a llorar rogándole que se detuviera.

Detente!!.. lo vas a matar..-las lágrimas caían por mis mejillas y viendo esto dejaba al hombre tirado sacando suficiente dinero para reparar los daños dejando el sitio, aterrada salí no sin antes disculparme corriendo a cualquier sitio… al no conocer fácilmente me perdía entre las calles hasta encontrarme en una que no tenía salida, recargándome sobre la pared me abrazaba para terminar de llorar y tranquilizarme.