Tiendas de Konoha (1)

(Fecha 2)


Zero caminaba por las calles de la Ciudad de Konoha, con una pequeña mochila puesta en su espalda, para ir a comprar algunas cosas que le servirían en su Academia. Mientras caminaba por las aceras de la Calle, iba conociendo el lugar poco a poco, puesto que era nuevo en la Ciudad. El lugar era sumamente tranquilo, las personas parecían amables con un buen ánimo y no buscaban ninguna clase de problemas. Las pistas y veredas eran espaciosas, se podía transitar calmadamente por ellas, sin tropezarse con nada. Se podía ver algunos puestos ambulantes en las esquinas del camino, ofreciendo gran cantidad de artículos interesantes a cada persona que pasara. Algunas personas estaban interesadas en comprarlos, pero otras no querían verse involucradas en ello y seguían con lo suyo. También podía observarse varios anuncios importantes, pegados en los postes de luz de la ciudad.

En el camino, Zero iba mirando las tiendas detenidamente, pero ninguna lo convencía de entrar, porque parecían sitios inseguros de poca garantía. Hasta que se encontró con una gran tienda frente a sus ojos, no era la gran cosa, pero al menos era mucho mejor que todas las demás tiendas que había visto en el trayecto. Se animó a entrar a la tienda, abriendo la Puerta Principal, cuando se quedó asombrado viendo las miles de cosas que había dentro de la tienda. El lugar era realmente espacioso con una limpieza perfecta, no había personas adentro, por lo que era de suponerse que la tienda era nueva. Se dirigió hacia un escritorio que estaba en el centro del lugar, donde se podía ver una persona instalada allí. Al parecer era el dueño de la tienda, así que Zero lo saludó cordialmente, explicándole lo que necesitaba para la Academia. El dueño le indicó que echara una mirada a todo el lugar, que cogiera todo lo que necesitara y luego se lo llevara para realizar el total del costo.

Zero caminó un buen tiempo por el lugar, viendo los mejores precios en la sección de Armas Ninja. Decidió elegir sólo lo necesario, ya que recién empezaba sus clases en la Academia. Se dirigió nuevamente hacia el escritorio central del lugar, mostrándole las armas escogidas al dueño de la tienda. El dueño lo atendió amablemente, dándole las gracias por su visita y deseándole suerte, puesto que era su primer cliente. Zero cogió su billetera de su chaleco, tomándola con la mano izquierda, sacando algunos billetes (Ryus) para pagar el costo de las cosas. Metió las cosas compradas dentro de su mochila, acomodándolas cuidadosamente. Se retiró despidiéndose formalmente del dueño, saliendo de la tienda por la puerta. Zero se dirigió hacia su hogar, esperando descansar un poco antes de comenzar su Primer Día en la Academia, a la mañana siguiente.